España fue una potencia mundial en la producción y comercio de cáñamo durante varios siglos. El cáñamo es una planta de la familia del cannabis, pero contiene niveles muy bajos de THC, el componente psicoactivo que se encuentra en la marihuana. El cáñamo ha sido cultivado y utilizado durante miles de años debido a sus múltiples aplicaciones, como la fabricación de textiles, cuerdas, papel y alimentos.
En los siglos XVI y XVII, el cáñamo fue un recurso muy valioso para la industria naval y la construcción de barcos. La resistencia y durabilidad de las cuerdas y velas de cáñamo eran esenciales para la navegación y las expediciones marítimas. Como potencia naval de la época, España dependía en gran medida del cáñamo para mantener su flota y expandir su imperio.
Además, la agricultura y el comercio del cáñamo generaron empleo e ingresos en diversas regiones de España. A lo largo del tiempo, sin embargo, el cáñamo fue reemplazado por otros materiales y su producción declinó. Hoy en día, el cáñamo está experimentando un resurgimiento gracias al creciente interés en sus aplicaciones ecológicas y en productos derivados, como el CBD.